El problema de la proteína
Si bien consumir proteínas ayuda a evitar la pérdida de masa muscular, hacerlo en la cantidad que el cuerpo necesita puede ser todo un desafío. Ciertos factores subyacentes, como la edad y la calidad de las proteínas pueden afectar la capacidad del cuerpo para utilizar los aminoácidos para la síntesis proteica. Por lo tanto, la ingesta de proteínas no es el único factor que regula la masa muscular.
El Instituto de Medicina sugirió que la cantidad diaria recomendada de proteína para adultos debe ser de 0.8 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal, por día.1 Algunos
investigadores han planteado la hipótesis de que la cantidad diaria recomendada sugerida por el Instituto de Medicina no es suficiente para todos los adultos (como ser, adultos mayores o personas con limitaciones funcionales), y que una mayor ingesta de proteínas promovería el anabolismo muscular y ofrecería beneficios adicionales para la salud muscular.
No obstante, diferentes ensayos clínicos no han apoyado esta hipótesis y no han mostrado ningún beneficio de consumir más proteínas que la dosis diaria recomendada para la masa muscular, la fuerza y la función en adultos mayores y de mediana edad.2 En un ensayo clínico bien controlado de hombres mayores (más de 65 años) con limitaciones funcionales, la ingesta de proteínas muy por encima de la dosis diaria recomendada (1.3 gramos de proteína por kg de peso corporal al día) no aumentó la masa magra, el rendimiento muscular, la función física ni el bienestar entre los hombres que ya consumían la dosis diaria recomendada.3 De manera similar, agregar 30 gramos al día de proteína suplementaria no mejoró el mantenimiento de la masa muscular o la función física en mujeres mayores sanas (70-80 años) repletas de proteínas, a pesar de la evidencia de deterioro en las mediciones musculares en las extremidades superiores.4 En un metanálisis de 15 estudios que evaluaron los efectos de la suplementación con proteínas y aminoácidos en los resultados del entrenamiento de fuerza en adultos mayores (mayores de 60 años), no se evidenció ningún beneficio significativo de aumento de la fuerza muscular, el tamaño de los músculos, la capacidad funcional o la composición corporal.5 Se han observado resultados similares en adultos de mediana edad (40-64 años)6; aumentar la ingesta de proteínas por encima de la dosis diaria recomendada no aumentó las mejoras inducidas por el ejercicio en la fuerza, la composición corporal o los biomarcadores de salud.
Juntos, estos estudios destacan que la proteína extra por sí sola no es la solución nutricional para mejorar la salud muscular (es decir, la masa muscular o la función física) en adultos mayores o de mediana edad.